La comarca de ElsPorts tiene en Vilafranca una obligada parada. Recorrer sus calles es remontarse en el tiempo para completar un viaje desde la Edad Media hasta nuestros días pasando por la época de la industrialización. Su espectacular encanto natural lo convierte en una alternativa perfecta para pasar unos días de desconexión.
El patrimonio arquitectónico del municipio está colmado de referencias históricas cuyos secretos serán descubiertos durante la visita. Edificios modernistas; casas con escudos; una iglesia renacentista construida en tiempo récord con una Torre de Conjurar; un Museo de la Piedra en Seco; un Ayuntamiento con un retablo gótico; y todo un conjunto de callejuelas desniveladas de difícil cuando la nieve las cubre, que llegan al Portal de San Roque, única puerta de la muralla medieval que se conserva.
Casco antiguo
Las afueras del casco antiguo poseen su encanto particular con otros enclaves diversos que es preciso visitar. Entre ellos la plaza de toros, la tercera más grande de la provincia; las ermitas de Santa Bárbara y San Roque; o las esculturas del Explorador Andrés, del Niño de la Estrella y la de homenaje a las personas trabajadoras de la conocida industria textil.
Turismo activo
Entre los secretos que esconde este pequeño municipio industrial de 2.000 habitantes encontramos una amplia red de senderos y sendas de más de 250 km que son el mejor aliciente para los amantes del turismo activo. El término municipal guarda parajes mediterráneos que hacen las delicias de senderistas o amantes del ciclismo MTB. La localidad cuenta con una red de caminos señalizados entre los que podemos escoger entre aquellos itinerarios de menor dificultad para todos los públicos y otros más exigentes para los deportistas más experimentados. En este sentido, destaca el Paraje Natural de Palomita, el barranco de la Fos, las Cuevas de Forcall, las fuentes del Llosar, la Gotera o el Río de les Truites. Aire puro, vistas de ensueño y una variada fauna y flora que son el mejor aliciente para disfrutar del interior provincial en todo su esplendor.
Mención aparte merecen los espectaculares parajes del término municipal. Lugares con encanto llamados a ser visitados en jornadas de aventura, sosiego y desconexión. En primer término, destaca el Santuario de la Virgen del Losar, a 2km del centro urbano. Se trata de un conjunto arquitectónico formado por la ermita de la Virgen del Losar, del siglo XVII, la hospedería, y otras edificaciones que forman el conjunto del santuario. También es obligada la parada a la Pobla del Bellestar, un extraordinario conjunto histórico artístico, que sirve de límite entre la Comunitat Valenciana y la de Aragón. Se trata del núcleo fundacional de Vilafranca. Allí, don Blasco de Alagón otorgó la carta puebla de “Riu de les Truites” en el año 1239.
Es imposible irse de Vilafranca sin pasear al lado de las espectaculares paredes de “pedra en sec”. Este legado de los antepasados vilafranquinos está galardonado como patrimonio cultural de la UNESCO, lo que consigue, sin duda, que se convierta en uno de los reclamos obligatorios para visitar la localidad.
Dónde comer y dónde dormir
La gastronomía local también es un aspecto a tener en cuenta en la visita al municipio, ya que el visitante podrá disfrutar de excelencias culinarias propias de la zona con los productos autóctonos más afamados. Así, entre otros establecimientos, el restaurante L’Escudella, La Taverna del Forn, el Càmping del Llosar y el afamado Restaurante los Arcos ofrecen al visitante una oferta variada de comida tradicional y moderna, que es un auténtico placer para los sentidos.
Vilafranca ofrece también la oportunidad de desconectar y pasar unos días en el entorno rural. En este sentido, el viajero encuentra una amplia oferta de establecimientos de turismo rural, así como hotel y cámping para alojarse. Para encontrar las mejores opciones la página web turismevilafranca.es dispone de toda la información y números de contacto de los establecimientos.
Para mayor información: www.turismevilafranca.es y www.ajuntamentdevilafranca.es
