Requena es, a nuestros oídos, sinónimo de vino… pero también ofrece muchos más atractivos. Tierra de unión entre València y la Meseta castellana, Requena alberga una historia rica que queda reflejada en su casco antiguo, que muestras el esplendor de aquellos tiempos en los que, curiosamente, el municipio no dependía de la actividad vitivinícola, sino que su economía se centraba en la producción de la seda, como se recuerda en el Colegio del Arte Mayor de la Seda, situado en pleno Barrio de la Villa.

Allí, el visitante puede descubrir un recorrido por el subsuelo de la ciudad medieval, con un itinerario por las antiguas cuevas en las que se almacenaban, en grandes tinajas, vinos, aceites y cereales.

Las 22 cuevas que se encuentran bajo la plaza de la Villa son de época musulmana, de los siglos XII y XIII, y tuvieron uso hasta el siglo XVII en que se derribaron las casas privadas y edificios públicos de la plaza. Quedaron semicolmatadas de los escombros de los derribos, cegadas y cayeron en el olvido de los propios requenenses. Fueron descubiertas, vaciadas de escombros e intercomunicadas por túneles en la década de los 70 del pasado siglo XX.

Además de las cuevas, los visitantes pueden realizar una ruta por las distintas bodegas del municipio y sus alrededores y disfrutar así de sus vinos en el mismo lugar en el que se producen con catas especializadas de los caldos.

Asimismo, las iglesias de Santa María, San Nicolás, del Carmen o del Salvador le confieren el municipio de un patrimonio arquitectónico eclesiástico que se complementa con otras edificaciones como los puentes de Jalance y Santa Cruz, el palacio del Cid o la plaza de toros. En ese paseo por la ciudad se puede prestar especial atención al conjunto histórico-artístico del barrio de la Villa o a la disposición de las calles de los ensanches del siglo XX.

Si se dispone de algo más de tiempo, el visitante puede lanzarse a conocer alguna de las múltiples aldeas de Requena, entre las que destacan Casas del Río, con su noria sobre el río Cabriel; Los Cojos, con el paraje de El Saltadero; o Los Pedrones, por su gran extensión de viñedos y bosques de pinos que invita a dar largos y placenteros paseos.

Embutidos

Además de por sus excelentes vinos, Requena también se distingue por una gastronomía deliciosa. Los platos tradicionales de Requena son ricos en proteínas y calorías, además de variados y sabrosos.

Los embutidos son realizados seleccionando las mejores materias primas, mimando su proceso de elaboración y secado. La Indicación Geográfica protege la longaniza, el chorizo, la güeña, la sobrasada, el salchichón, el perro y la morcilla. Dos de estos productos, el Perro y la Güeña, se encuentran inscritos en el listado de productos artesanales de la Unión Europea.