La ciudad de Villena volverá a vibrar con sus fiestas de Moros y Cristianos, las más participativas del mundo. 12.000 personas tomarán la ciudad del 4 al 9 de septiembre para celebrar las fiestas de mayor tradición y una de las más famosas, espectaculares y participativas de cuantas se celebran en España y todo el mundo.

Durante los días en los que se celebra, gran parte de la ciudad participa de forma directa en los actos festivos. Toda Villena se divide entre el bando moro y cristiano, que están compuestos por siete comparsas cada uno.

Villena será música, pólvora, trajes esplendorosos, encuentros, reuniones, familia y amigos. Días únicos en los que se recibe a un gran número de turistas que no se quieren perder nada de esta fiesta declarada de Interés Turístico Nacional. 

Entrada de Moros y Cristianos de Villena.

Entrada de Moros y Cristianos de Villena. ED

Una semana intensa

Los días de fiestas son intensos y emocionantes y en ellos se celebran una gran numero de actos. El día más emotivo y espectacular es cuando se celebra la cabalgata, donde desfilan un promedio de 2.000 festeros por hora, liderados por sus magníficos cabos y escuadras especiales.

Son esenciales las embajadas, que se desarrollan en el marco natural del castillo de la Atalaya con textos de principios del siglo XIX, que constituyen la parte histórica de las fiestas.

Uno de los actos más espectaculares de las fiestas es la cabalgata, en la que desfilan 2.000 festeros por hora

El día 5 es la Entrada, que este año tiene un cariz especial, pues la Banda Municipal de Música de Villena celebra su centenario. No hay que olvidar la procesión y la alborada que anuncian el día de la patrona.

Otro de sus tradicionales actos es la conversión del moro al cristianismo, cuyo texto —aunque reformado a principios del siglo pasado— data del siglo XVII y es una de las comedias del Siglo de Oro que entonces tanto se representaban. 

Una de las 'filaes' moras participando en la cabalgata de las fiestas de Villena. ED

Unas fiestas que vuelven, que se reencuentran con las calles de la villa de Villena, para llenarla de alegría, pasión e historia. De noches de verbena, disparos de pólvora y pasodobles festeros. Unas fiestas para sentirlas.