Playa y montaña, costa e interior, vanguardia y tradición, ocio y relax… Andalucía es la fusión de todos estos elementos, una conjunción de cualidades que la convierte en un destino perfecto para disfrutar de experiencias únicas.

Las opciones se multiplican convirtiendo a esta comunidad en una de las mejores para visitar, descubrir y explorar.

La riqueza de Andalucía cobra una nueva dimensión cuando uno se adentra en su interior, un mundo rural que traslada al pasado con las comodidades del presente, pero sin perder su esencia de autenticidad, al abrazo de los paisajes cautivadores de los parques naturales.

Son tantas las opciones que ofrece el interior andaluz que la lista es casi interminable, por ello hemos seleccionado cinco imprescindibles que harán de su visita un momento inolvidable.

Pueblos de casas blancas como Capileira pueblan la Alpujarra de Granada.

La Alpujarra de Granada, magia andaluza

Las casas blancas salpicadas de flores conforman una bella y evocadora imagen de los pueblos que conforman la Alpujarra, en las faldas de Sierra Nevada.

Entre almendros y viñedos, orientadas al sur para disfrutar de las bondades del clima mediterráneo, y adaptándose al escalonamiento propio de la orografía, el trazado urbano de estas construcciones, invita a desconectar para disfrutar del momento.

Riqueza paisajística y natural que tiene uno de sus máximos exponentes en Lanjarón, conocida como la Puerta de la Alpujarra, y sus aguas mineromedicinales que invitan al bienestar y el relax. A ella se suman localidades como Cañar, Soportújar, Carataunas forman El Balcón de la Alpujarra, y el Barranco de Poqueira, por otro lado, lo componen Pampaneira, Capileira y Bubión, de visita obligada, junto con Trévelez, el municipio más alto de España y referente del jamón.

La Sierra de Carzora cautiva con sus espectaculares paisajes y su riqueza faunística.

Sierra de Cazorla, paraíso de la biodiversidad

Uno de los paraísos naturales por excelencia más visitados de toda España es el Parque Natural de Cazorla, Segura y Las Villas, catalogado como Reserva de la Biosfera por su belleza paisajística y riqueza biológica.

La fauna de esta porción de Andalucía, entre la que figuran cabras montesas, ciervos o jabalíes, comparte protagonismo con bosques y una rica flora, con especies como la mítica violeta de Cazorla, que pueblan esta zona enorme del interior de Andalucía, que esconde tesoros como el Embalse de Tranco, cuya inmensidad es de una belleza absoluta. Una riqueza natural que envuelve a poblaciones como La Iruela, Cazorla, Arroyo Frío, Hijonares o Quesada, entre muchos otros, que albergan también un patrimonio cultural más que apetecible.

Ronda está considerada una de las ciudades más bellas de Andalucía.

Ronda, enclave de autenticidad

No es un secreto que Ronda, en Málaga, es una de las ciudades de Andalucía en las que mejor sienta un paseo. Además de las sierras que cubren este rincón, Ronda, es sinónimo de magia de leyendas románticas de bandoleros y toreros, una de las ciudades de Andalucía que se envuelve de un ambiente auténtico. Cubierto por la sierra y dividido en dos por el Tajo de Ronda, el municipio se ve abrazado por la Sierra de las Nieves, parque natural que se encuentra en la misma Serranía de Ronda, en el que es posible descubrir profundos barrancos y tajos increíbles, Valles, estrechas gargantas o cuevas milenarias como La Pineta y el Gato, donde la prehistoria dejó su huella, la antigua medina, el río Guadelevín, así como otros pueblos con mucho encanto, como El Burgo, Tolox o Yunquera.

La basílica de Úbeda es uno de los tesoros que alberga Úbeda.

Úbeda y Baeza, patrimonio de la humanidad

La riqueza artística, cultural e histórica ha hecho merecedoras a Úbeda y Baeza de la declaración de Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, un reconocimiento merecido por razones más que evidentes a los ojos del viajero.

Su interés es innegable en cualquier época del año, pero se multiplica en Semana Santa o en otoño cuando Úbeda celebra la feria de San Miguel y Baeza la romería de la Yedra.

 Arte, señorío y monumentalidad se materializan en las iglesias, palacios y construcciones de Úbeda, entre las que destacan sitios obligados como la Capilla del Salvador, la Iglesia de Santa María de los Reales Alcázares o el Oratorio de San Juan de la Cruz, entre muchos otros.

La plaza del Pópulo es uno de los puntos clave de Baeza.

Baeza, por su parte puede calificarse como una ciudad bonita por naturaleza. Una belleza, que inspiró a Antonio Machado y fue forjada en sus piedras doradas y calles silenciosas, testigos de una historia con una profunda huella artística del Renacimiento, comparable al italiano, cuya materialización armoniza a la perfección con bellísimos edificios de otros estilos arquitectónicos.

Casas blancas, portadas, pórticos, torres, plazas y fuentes, salpican esta población. Baeza es un rincón para pasear y dejarse llevar viajando a través del tiempo en enclaves como la plaza del Pópulo, la Catedral, el Palacio de Jabalquinto o el Palacio de los Majorada.

Zahara de la Sierra uno de las joyas de la ruta de los pueblos blancos andaluces.

La Sierra de Grazalema, marcada por la Ruta de los Pueblos Blancos

En la Sierra de Grazalema, en el interior de Andalucía, se integra la Ruta de los Pueblos Blancos. Esta ruta gaditana se adentra en el Parque Natural de Grazalema, declarado Reserva de la Biosfera, donde hay varios lugares que no hay que dejar de conocer.

Uno de ellos es la localidad de Grazalema, otro es el bellísimo municipio de Zahara de la Sierra, uno de los más conocidos y singulares, al que se suman las casas excavadas de Alcalá del Valle y Setenil de las Bodegas.

Arcos de la Frontera, declarado Monumento histórico-artístico es uno de los pueblos blancos más célebres, al que le siguen Ubrique, El Bosque y Prado del Rey, conocidos, además de por sus paisajes, por su artesanía. También Benaocaz, Bornos, Espera, Villamartín y Olvera, cada uno con sus fiestas, sus peculiaridades y su fauna: colonias de buitres leonados, cabra montés, ciervo, corzo, meloncillo o águilas.