El camino que traza el agua y que ha dejado impresa en la Vall la huella de una historia viva

El itinerario turístico del Camí de l’Agua reivindica los valores del municipio

La iglesia del Santo Ángel custodia la belleza de los frescos de Bergara.

La iglesia del Santo Ángel custodia la belleza de los frescos de Bergara. / Monica Mira

El origen de todo en la Vall d’Uixó está en el agua. La existencia de esta ciudad se justifica y no se entendería sin el río que surca su principal atractivo turístico y recurso natural único: les Coves de Sant Josep. Si bien es cierto que la historia de las civilizaciones siempre ha estado vinculada con ese elemento esencial para la vida, los antiguos pobladores solían establecerse alrededor de los ríos, en el caso de la Vall esta evidencia antropológica dejó una huella particular que define la ideosincrasia del poble de poble, que nació y creció separado por un barranco y, aún hoy, sustenta su identidad en los trazos que dejó el agua.

La afirmación no es un eslogan turístico. Es un hecho fehaciente. Les Coves son la puerta a través de la cual cualquier visitante accede a la realidad que es la Vall d’Uixó. No podría ser de otro modo que el paraje de Sant Josep, por tanto, sea el punto de partida de ese relato turístico sobre el que lleva años trabajando el Ayuntamiento, el Camí del Agua, y que, en definitiva, no es más que un itinerario por la riqueza patrimonial con la que cuenta la localidad.

Otro de los emblemas está a muy pocos sobre les Coves: el poblat íber. Hasta 7 excavaciones se han realizado en un periodo de 8 años, desde la convicción municipal de que todo el valor informativo que sigue enterrado en ese yacimiento necesita ser investigado y divulgado, para reforzar la idea de que solo entendemos quienes somos si comprendemos de dónde venimos.

El Campanar de la iglesia de la Asunción es un referente en la ciudad.

El Campanar de la iglesia de la Asunción es un referente en la ciudad. / Monica Mira

Una ruta con historia

La siguiente parada de la ruta es una exhibición arquitectónica de esa relación ancestral de los habitantes de la Vall con el agua: el acueducto romano, a partir del cual se inicia el paseo por un entorno urbano que une las dos parroquias y que establecen esa particularidad tan propia de esta población: dos parroquias principales, con dos fiestas patronales, con cierta rivalidad etnológica entre los del poble de dalt i el poble de baix, que con el tiempo ha enriquecido más que dividido a los valleros.

Esas dos parroquias exhiben dos templos centenarios, el Santo Ángel Custodio y Nuestra Señora de la Asunción, de gran valor arquitectónico y cada uno con detalles dignos de un museo, como los frescos de Bergara en el Ángel; el campanario y la cúpula de la Asunción...

Conservar el patrimonio requiere de compromiso y esfuerzo, y en los últimos años, como defienden desde el Ayuntamiento, se ha trabajado en firme en esa línea. Una prueba de ello fue la adquisición de la Torre de Benissahat, un edificio histórico que estaba en manos privadas --muy cerca de la iglesia de la Asunción-- y que presentaba un estado de conservación preocupante. El consistorio no solo logró llegar a un acuerdo con los propietarios para la adquisición, también ha diseñado un proyecto de rehabilitación y recuperación que lo convertirá en un centro de interpretación de esos valores patrimoniales con los que cuenta la ciudad y que hasta hace poco, por cotidianos, casi que pasaban desapercibidos, a pesar de un potencial turístico que ahora se evidencia.

La recuperación de la Torre de Benissahat ha sido una de las importantes apuestas patrimoniales.

La recuperación de la Torre de Benissahat ha sido una de las importantes apuestas patrimoniales. / MONICA MIRA

Patrimonio bélico

E igual que se cuida el patrimonio del casco urbano, se hace lo posible por preservar el que existe diseminado por el término municipal, como es el caso de las estructuras bélicas de la línea XYZ o los fortines.

Desde el equipo de gobierno inciden en que todas estas inversiones que están caracterizando la acción municipal desde un punto de vista patrimonial tienen la mirada puesta en las posibilidades que una buena conservación ofrece al sector turístico y la propuesta complementaria sobre la que se está trabajando, pero existe otra razón de peso para no obviar estos testimonios del pasado: cuidar la historia, la cultura, las señas de identidad legadas por quienes vivieron en este lugar antes. Porque la Vall esta tanto el presente como todo lo vivido hasta ahora.