La esposa de Carlos de Inglaterra ha defendido su presencia, el próximo viernes, en un servicio religioso en memoria del décimo aniversario de la muerte de la princesa Diana de Gales. En una carta dirigida a un ciudadano que le había preguntado cómo se justificaba para asistir, Camila explica que los hijos de Diana, los príncipes Enrique y Guillermo, se lo pidieron personalmente. Según el rotativo británico Daily Mail, Guillermo, de 25 años, ha confesado a sus amigos más íntimos que no culpa a la duquesa de Cornualles del divorcio de sus padres.