Nacido en Málaga y con solo 24 años, Pablo Alborán ha logrado renovar la figura del prodigio español. Una voz que sorprende inmersa en una mezcla poco habitual: el fado, el canto lírico o el pop se reconocen entre unos matices vocales que danzan en los oídos de un aforo multitudinario. Protagonista del disco más vendido en 2012, Tanto, y nominado a los Grammy Latinos cuatro veces, Pablo Alborán, que actúa el sábado en Onda --dentro de los actos del 75º aniversario de Mediterráneo--, es, hoy, el cantautor que abandera con elegancia la música española fuera del país. Conocemos ya sus triunfos profesionales, sin embargo, su emblemática sensibilidad invita a conocer a fondo quién es él, tras el velo de la música.

--El piano, la guitarra y las cuatro paredes han sido tu aval aliado en la infancia. ¿Cómo has vivido esta pasión tan temprana?

--La música nace en mí como una necesidad, por lo tanto me ha acompañado desde que soy pequeño; es vital para mí.

--¿Quién ha confiado en ti?

--Siempre he sentido la música como algo íntimo y personal, como un desahogo. Siempre he sacado las fuerzas de dentro. He tenido muy claro siempre que quería dedicarme a esto, al menos sabía que tenía que intentarlo me dijeran lo que me dijeran.

--¿Cuál es ese valor genuino que a Pablo Alborán le ha valido para llegar tan lejos en poco tiempo?

--He de reconocer que gracias a mis padres he tenido la suerte de tener una formación musical, que unido a las ganas y a la pasión han hecho que fructifique y llegue al punto en el que estoy. También soy una persona constante y, cuando quiero una cosa, no paro hasta conseguirla. De todos modos, solo llevo tres años y aún queda mucho camino.

--Tu entrega a la música, ¿te ha apartado de otros planes con tus amistades a lo largo de la vida?

--Lo cierto es que no. Recuerdo haber acabado tocando la guitarra y el cajón en más de una fiesta. Yo era de los que se sumaba a los planes, ¡arrastrándolos a todos!

--En numerosas ocasiones has demostrado ser una persona empática con el sentir social. ¿Cómo vives la situación española?

--Que nadie piense que vivo en una nube, porque sé lo que es tener a un familiar en paro y llevar tres años buscando trabajo, o que un buen número de amigos no ganen más de 400 euros al mes. Está claro que la vida no es la misma para nadie en este país nuestro desde hace ya cinco años.

--En tus ratos libres, ¿logras sacar tiempo para leer?

--Sí, me gusta todo tipo de lectura. Soy muy fan de Jodorowsky, de Savater, de Coelho, actualmente estoy comenzando el Alquimista. Un libro que me encantó: Maldito Karma, de Safier, me reí mucho.

--¿Algún personaje histórico que inspire tu identidad?

--Identificarme puede resultar prepotente, pero soy tan soñador como Da Vinci o Einstein.

--Cuando finalizas tu día, ¿qué sensación te llevas a la cama?

--Hay veces en las que pienso y me siento afortunado por trabajar en lo que me apasiona, pero, por otra parte, he tenido que renunciar a una parcela de disfrute personal que tienen otras personas de mi edad. Aun así, me siento feliz y realizado, porque vivir lo que estoy viviendo es un privilegio.

--¿Qué recuerdos tienes de tu última visita a Castellón?

--Cuando estuve en el Auditorio de Castellón, lo cierto es que recibí muchísimo cariño. Fuimos a presentar el segundo disco, En Acústico, y fue inolvidable. Hubo momentos mágicos durante el concierto.

--¿Podrías anticipar algo de lo que tus fans vivirán en este segundo concierto, en Onda?

--Será un concierto dinámico, con bailes, coreografías, ritmo y mucha percusión con efectos de iluminación a cargo de 24 pantallas de led y, por supuesto, una parte intimista que no puede faltar. La gente me ha conocido a solas con una guitarra y ahí está mi esencia. Eso sí, será un concierto en el que enseñaremos la patita en el rock; ambiente muy eléctrico y con mucho desmelene. Además, siempre dedico a mis raíces francesas y a una persona que ya no está La Vie en Rose, un canción de Edith Piaf.

--Centrándonos en la gira de ‘Tanto 2013’, ¿esperabas tal acogida en ciudades como Madrid, Valencia y Barcelona? ¿Tanto como para un segundo concierto en estos lugares?

--Tal y como están las cosas, jamás pensé que esta gira saliera tan bien. Estoy muy emocionado y dispuesto a entregarme al cien por cien en cada escenario. Me dejo la garganta por todo ese público que apuesta por mi trabajo, es una gran responsabilidad y, ver que los conciertos acaban mejor de como empiezan, es una gran satisfacción. Es la gira soñada; jamás pensé que tendría un escenario así, tal como siempre dibujaba en mi cabeza; un espectáculo y un show como el que llevamos. Necesitaba dar este paso y apostar por un concierto diferente o nos hubiéramos quedado atrás. Hay que arriesgar, sobre todo porque no solo soy ese chico que canta baladas y tiene que notarse en el directo que, al ser joven, soy muy ecléctico.

--En tu tierra, Málaga, a cuatro días del concierto la gente ya hacía cola. ¿Cómo lo vives?

--Es indescriptible. Sentir tanto arrope y cariño te da fuerzas para seguir, darlo todo y no decaer en ningún momento. Fue un concierto apoteósico, ¡como lo será en Onda! H