Valentino se ha convertido en el primer modisto extranjero vivo al que París dedica una gran exposición retrospectiva. Después de cerrar sus (casi) 50 años de carrera en enero con un rutilante desfile en la capital francesa, el Museo de las Artes Decorativas rinde homenaje al rey de la elegancia. La muestra Temas y variaciones --abierta al público ayer hasta el 12 de septiembre-- propone un recorrido por el universo del creador italiano a través de 220 modelos.

El primer modelo de la exposición, un vestido rosa de línea depurada con una voluminosa capa abullonada, sumerge al visitante en un ambiente de alfombra roja. El modisto de las estrellas exhibe a cada paso su talento para seducir a actrices y princesas. Desde Elisabeth Taylor a Rita Hayworth pasando por Audrey Hepburn. En el año 1964, Jacqueline Kennedy le encargó el guardarropa que pondría fin a su periodo de duelo por la muerte de su esposo, JFK. Pero Valentino se consagra como modisto de alta costura al ser elegido por Jackie para vestirla el día de su boda con el magnate griego Aristóteles Onasis.

La exposición explica que el modisto italiano se inspiró en el color de los palcos del Liceo de Barcelona para crear el rojo valentino. Ese rojo sanguíneo que tanto le identifica tiene su origen en el impacto que le causó una visita a la capital catalana donde "asiste a una ópera y se maravilla ante las mujeres en sus palcos formando un ramo de flores rojas".

También puede verse en la exposición el vestido blanco con flores rojas que llevó Rosario Nadal en 1998 para la boda de la princesa Alejandra de Dinamarca. Valentino se ha sentido siempre como pez en el agua tanto en Hollywood como en Cannes. De hecho, es una celebridad más. Su tren de vida supera el de muchos famosos. El origen de su fortuna se remonta al taller que fundó en Roma en 1959, donde sentó las bases de un estilo que ha permanecido durante años inalterable.