Parece mentira, pero mañana llega a nuestras carteleras La excepción a la regla, es decir, la película sobre el excéntrico magnate Howard Hughes que desde hace unas cuatro décadas planeaba Warren Beatty.

Lo que Beatty propone no es un biopic tan completo como El aviador, sino un relato ficcional, entre humorístico y trágico, en el que importa menos el propio Hughes que un par de jóvenes a su cargo: una aspirante a actriz llamada Marla Mabrey (Lily Collins, hija de Phil) y un conductor llamado Frank Forbes (Alden Ehrenreich, al que pronto veremos convertido en joven Han Solo), enredados en un flechazo que se complica por la influencia de un Hughes en el comienzo de su declive.

A Beatty no le importa demasiado que fechas y edades no cuadren. La película, primera que dirige en casi veinte años, se sitúa sobre todo en 1959, cuando Hughes tendría 54. Beatty tenía setenta y muchos cuando rodó el filme, pero se reserva el papel sin problema, aunque la trama incluya el intento de seducción del emprendedor por parte de una joven actriz. O justamente por eso.

CASANOVA / Nadie duda del carácter legendario en Hollywood de Mr. Beatty, cuya mejor biografía, firmada por el reputado Peter Biskind, dura 600 páginas y apenas tiene tiempos muertos.

Y si es leyenda es en gran parte por su colección de conquistas. Desde que se inició en el cine de la mano de Elia Kazan, con la bella Esplendor en la hierba, dejó tras de sí un reguero de enamoradas.

Entre sus conquistas (que llegan al parecer a las 12.000) se cuentan su compañera en el citado debut, Natalie Wood, además de otras estrellas como Joan Collins, Leslie Caron, Julie Christie, Diane Keaton (a la que dirigió en Rojos) y Madonna (a la que dirigió en Dick Tracy).

Se decidió a asentar cabeza a principios de los 90 con Annette Bening, a la que había conocido en el rodaje de Bugsy, aquella deliciosa fantasía gansteril. Con ella misma rodó también la película Un asunto de amor, nueva versión del clásico de los 30 Tú y yo.

Por entonces ya habían tenido a su primera hija, Kathlyn, quien se reveló transgénero en el 2006. En una entrevista para Vanity Fair del año pasado, primera en profundidad en mucho tiempo, se refirió a él como «un genio, mi héroe».

Cuando se le mete algo en la cabeza, Beatty no desiste hasta llevarlo a cabo, como demuestra el estreno de La excepción a la regla tropecientos años después de que el primer germen se cruzara por su mente.

No es la primera vez que, a menudo contra las indicaciones de gente que quería verlo convertido en estrella, persigue visiones particulares.

HOMBRE DE IDEAS FIJAS / El hermano pequeño de Shirley MacLaine se empeñó a mediados de los 60 en producir la popular cinta Bonnie y Clyde (1967), aunque ya se habían hecho otras películas basadas en esos personajes y un papel de asesino no parece la vía más rápida hacia la popularidad.

Él no quería la fama, sino hacer arte. Compró el guion, fichó al director Arthur Penn, reunió al reparto… Y acabó ayudando al nacimiento del Nuevo Hollywood.

No todo en su carrera han sido grandes sensaciones, pero se puede vanagloriar de haber trabajado en algunas de las mejores películas de Robert Altman (Los vividores) y Alan J. Pakula (El último testigo).

Por la ambiciosa, fallida pero fascinante, Rojos se llevó el Oscar al mejor director. Y ni siquiera Ishtar, conocida sobre todo como uno de los mayores fiascos comerciales de los 80, es tan mala como se dice.