Miguel Bosé ha cerrado su etapa panameña, donde nació hace 62 años y donde se fue, según sus palabras «para encontrar la tranquilidad y el anonimato que no tenía en Madrid». Se ha trasladado a México, donde prepara nuevas canciones para un próximo disco que «seguramente» saldrá el año que viene. Y sigue ejerciendo de padrazo.

«Viví en Panamá durante cuatro años. Ahora estoy viviendo en México por razones de familia y por trabajo. Cerré todo lo que tenía en Madrid y me mudé al continente americano. Aquí paso nueve meses al año. Mis hijos ahora me necesitan y por esa razón estoy aquí», explicó a Efe este padre y patriarca, el hombre de ojos con sombra, hermético cuando se trata de su vida privada. Y de sus problemas con el fisco español, donde figura como moroso ilustre.

Hace cinco años accedió a hablar en una entrevista de sus hijos, traídos al mundo por maternidad subrogada, y la sorpresa fue cuando contó que no eran dos mellizos, sino cuatro. Así el mundo supo de Diego y Tadeo, nacidos en marzo del 2011, y de Ivo y Telmo, que llegaron siete meses después del mismo modo.

En ellos está su nueva razón de ser: «Mi faro, mi razón de vivir, mi motor». Nunca los había mostrado hasta que rechazó el chantaje de quienes lo sabotearon y se vio obligado a publicar sus fotos, de espaldas y en el parque de Disneyworld. Como un lobo. Puro instinto de protección hacia algo que él conoció desde bebé: la fama, en su caso por ser hijo de Lucía Bosé y Luis Miguel Dominguín.

El hijo del capitán Trueno se esmera en la educación de su prole y los protege de los focos, nada distinto de lo que hacen otros famosos, como por ejemplo Penélope Cruz y Javier Bardem. En Panamá han vivido en una amplia casa de Costa del Este, uno de los barrios más lujosos de la capital, un auténtico búnker. Y en México, igual. Sus hijos acuden ahora a un colegio privado en la zona de Interlomas, una de las más exclusivas y cuna de gran parte de la élite de la ciudad. Él mismo se encarga a veces de llevarlos a clase.

SE ACABARON LOS EXCESOS / Cuando nacieron sus hijos, acabaron sus excesos, según explicó el artista a unos periodistas en el Festival de Viña del Mar. «Alcohol me he bebido todo el que he podido. Todo el que ha dado tiempo a beberme y el mejor. Y el malo, también. Fumar y el resto, también, todo. Pero desde que llegaron los niños todo eso cambió, perdió su sentido», detalló.

Con más de 40 años de carrera y mucha vida a cuestas, Bosé está ahora «enfrascado en nuevos trabajos», que compagina con sus actuaciones junto a los cantantes colombianos Juanes y Sebastián. Estos días ha cantado en Cali, Medellín y Bogotá. Sobre ese terreno, confiesa su admiración por la música latina.

«Ha arrasado por todos los lados. Tiene un nivel buenísimo, está muy bien producida, tiene un sonido diferencial de calidad y artistas nuevos que dicen mucho tanto en la zona rítmica como en la zona poética de las letras». Aunque reconoce que su estilo y su forma de escribir «son diferentes». «Por eso con los nuevos estilos no me atrevo, al menos no todavía».

Adalid de la lucha contra el sida e involucrado con varias oenegés -aunque se dio de baja de Oxfam tras el escándalo de sus trabajadores en Haití-, su alargada figura sin embargo sigue empañada por una situación sobre la que rehúsa contestar.

PRÓXIMOS CONCIERTOS / Su nombre apareció en junio en la lista negra de morosos del fisco español: según la Agencia Tributaria, tiene pendiente una deuda de 1,8 millones de euros. Ante eso, de momento, impone silencio.

Su actividad musical y artística le ha llevado este fin de semana a Colombia. El viernes actuó en Medellín y ayer en la ciudad de Cali. El miércoles lo hará en Bogotá. En diciembre tiene cerrada una fecha en su México querido: el día 1 de diciembre cantará para su público mexicano de la ciudad de Los Cabos.