La entrevista televisiva que Meghan Markle y el príncipe Enrique concedieron a la presentadora norteamericana Oprah Winfrey en 2021 continúa levantando polémica más de un año después. Esta vez es Samantha Markle, hermanastra de la actriz de 'Suits', la que inicia la disputa, asegurando que todo lo que se relató en aquel programa es totalmente falso.

La exactriz explicó que durante su infancia se había sentido como si fuera hija única, describió como "difícil" el entorno de su familia paterna, y aseguró que ella misma tuvo que pagar todos sus gastos universitarios sin ayuda.

Princesa pija

Samantha reaccionó con furia a esas declaraciones, y no dudó en negarlo todo en entrevistas posteriores, ni en criticar abiertamente a su hermana pequeña en su autobiografía, titulada 'Diario de la hermana de una princesa pija', donde la define como una niña malcriada a la que se le había dado todo y que, lejos de agradecerlo, ha acabado renegando de su pasado y de los suyos.

Meses más tarde, la mayor de los Markle decidió llevar la situación ante el juzgado, donde interpuso contra la duquesa de Sussex una demanda por difamación, alegando que la 'ex royal' dañó premeditadamente su reputación al hablar falsamente de las dificultades económicas que sufrió durante su infancia, por lo que le reclama una indemnización de 67.000 dólares por "la humillación, vergüenza y odio a escala mundial" que le ocasionaron las palabras de Meghan.

Ahora, los abogados de la mujer del príncipe Enrique piden al tribunal que gestiona el caso que desestime la causa de Samantha, ya que dicen que "no se puede considerar difamatorio en ningún caso un mero relato subjetivo sobre las experiencias que alguien vivió y los sentimientos propios de la infancia y adolescencia. Es una percepción que en ningún caso está sujeta a los parámetros de lo falso y verdadero. Es imposible imaginar algo más personal y auténtico que la manera en que cada uno ve su infancia. No deja de ser una declaración subjetiva y personal sobre cómo se siente alguien en su niñez", aseguran en su respuesta a la acusación.

La estrategia del equipo legal de Meghan Markle consistiría en lograr que rechacen la denuncia para evitar a toda costa su paso por los tribunales, pero aunque logre ahorrarse la visita a los juzgados, la relación entre ella y su familia paterna ya parece condenada.