La firma de moda de lujo Balenciaga, con Demna Gvasalia como director creativo, es una de las más audaces, creativas y más aplaudidas del panorama actual. Prácticamente todo el mundo venera cada colección, cada desfile, de la marca que en su día levantó el maestro de la alta costura de Guetaria, Cristóbal Balenciaga. Pero hoy también es sinónimo de polémica. La última, por haber unido en una sesión de fotos a varias niñas con peluches con bridas y correas sadomasoquistas.

Conducta sexual a la que el diseñador de origen georgiano, de 41 años, lleva recurriendo hace cierto tiempo, o si no, recuerden el conjunto sombra con el que su musa Kim Kardashian acudió a la MET Gala de septiembre de 2021. Totalmente cubierta de tela oscura, cara incluida, y acompañada de un misterioso acompañante, que a la postre no resultó ser su exmarido, Kanye West, sino el propio modisto, cubierto con capucha y pasamontañas. La misma 'celebrety' se paseó por Nueva York horas antes del evento con otro 'total look' de cuero, aros y cremalleras de la imaginería 'bondage' (en la foto inferior), perteneciente a la colección primavera/verano 2019 de Vetements, firma de la que también es director creativo el ya mencionado Gvasalia.

Aquel conjunto de la empresaria fue explicado durante la pasarela de la Semana de la Moda de París en el que se presentó: al parecer hacía mención directa a la guerra de Abjasia que tuvo lugar 1992 y 1993, y en la ciudad donde había nacido el director creativo de Balenciaga.

Tangas y correas 'bondage'

Aquel estilismo representaba la guerra. Pero, ¿qué representan unos peluches atados con tangas y correas 'bondage' en brazos de una niña que juega con ellos?

Muchas de las reacciones críticas que han surgido en las redes pertenecen a padres airados que califican de "repugnantes" y "espeluznantes" las imágenes de niños pequeños con bolsos de felpa que aparecen en su sitio web.

La primera foto de la tienda en línea muestra a una niña pelirroja de pie en una lujosa cama rosa mientras sostiene un bolso de peluche blanco por la correa de cuero.

El osito, además de tener brazaletes de cuero con puntas metálicas en brazos y piernas, está vestido con una blusa corta de malla con una cadena y un candado alrededor del cuello.

La sección de 'regalos' de la tienda del sitio web presenta a otra niña, de pie sobre un sofá, sosteniendo a otro peluche de color púrpura que lleva puesto lo que parece un tanga de encaje negro.

Retirada de las imágenes

Ambas fotos han sido retiradas de la página de la tienda 'online' y en su lugar aparece la foto de un niño en una habitación llena de juguetes y accesorios con la 'B' de la firma, y en un rincón, el osito blanco con utilería sado.

Imagen del apartado regalos/niños de la web de la marca Balenciaga (el osito vestido de 'bondage' ahora queda en el rincón inferior izquierdo).

Los peluches de la polémica no están a la venta, pero estas imágenes se han usado para promocionar otros artículos en su tienda de regalos, como tazas de café reutilizables (por 104 euros) o correas para perros (por 815 euros). Los peluches son en realidad bolsos que aparecieron en la pasarela a principios de este año.

"Es aterrador cuántos adultos deben haber estado involucrados en esto", ha reflexionado un usuario indignado en Twitter. "Padres, fotógrafos, directores creativos, redactores, personal de agencias de diseño, productores, gerentes, anunciantes... y, ¿ninguno de ellos lo ha pensado?", ha denunciado.

¿Visionario o trol?

Esta es solo la última controversia de una firma que se siente muy cómoda con la provocación. Por esta y otras acciones anteriores de Gvasalia, que rozan la 'performance', unos consideran al diseñador un visionario o un verdadero trol del mundo de la moda. Vulgar, feísta y popular, para algunos, pero también el espejo de una nueva generación a la que los viejos códigos del lujo ya no les interesan.

He aquí algunas de sus acciones más polémicas desde 2015, año en que se puso a los mandos de Balenciaga.

Pendientes con cordones de zapatillas

En agosto la exclusiva casa de moda que creó Cristóbal Balenciaga, y que ahora está en manos francesas, lanzó unos pendientes con un lazo hecho con cordones de zapatillas. El modelo, en negro o rosa, se agotó en cuestión de horas, a pesar de su precio, 250 euros.

Zapatillas destruidas por 1.700 euros

Ni tus viejas Converse parecerán tan destruidas como las zapatillas que lanzó Balenciaga la pasada primavera. Confeccionadas con tela hecha jirones, agujeros y suelas sucias, salieron a la venta por el módico precio de 1.772 euros. El modelo -"extremadamente desgastado y sucio", en palabras de la propia firma- se lanzó dentro de la colección de calzado llamada 'Paris Sneaker'. Unas tenis de caña alta para mujer con el algodón y el caucho destruidos, con manchas y marcas oscuras que ensuciaban las suelas de goma y hasta el nombre de la marca. Se pusieron a la venta 100 pares, en blanco y en negro. Algunos usuarios no daban crédito: "Tiene que ser un experimento social", decían. 

La bolsa de basura de 'luxe'

En el mismo desfile en el que Demna Gvasalia rendía homenaje a los refugiados de la guerra de Ucrania, con una escenografía apabullante, en un paisaje nevado, el controvertido creador coló una especie de bolsa de basura que portaban los modelos (como si fueran los hatos de urgencia con los que salen a toda prisa las personas de un país en guerra). La diferencia es que el precio de aquellos abultados accesorios de la colección Fall Winter 2022-2023 rondaba los 1.500 euros. Él mismo respondió así a los que se llevaron las manos a la cabeza: "No podía dejar pasar la oportunidad de crear la bolsa de basura más cara del mundo porque..., ¿quién no ama un buen escándalo de moda?".

Copiando la bolsa azul de Ikea

En 2017, Balenciaga copió un clásico de las compras 'low cost', la bolsa 'Frakta' de Ikea. Mientras que el gigante sueco del mueble vendía su bolsa azul de rafia por 50 céntimos (ahora cuesta 75 céntimos), la firma de lujo vendía la suya por 1.695 euros. En la colección del año anterior, Gvasalia ya hizo algo parecido copiando la típica bolsa tailandesa para llevar la ropa a la lavandería.

Camiseta DHL a precio de oro

En 2016, y con su firma Vetements, Gvasalia sacó a la venta (y agotó) camisetas con el logo de la empresa de mensajería DHL. Solo que para lucir las suyas había que aflojar 230 euros. El diseñador comentó entonces que, como para tantos otros jóvenes, la moda es, al final, solamente ropa: "A veces, oigo que diseñadores de otras generaciones dicen 'Oh, la moda debe hacer que una mujer sueñe' (...). En 2016, la moda no debería hacerte soñar; simplemente tendría que estar ahí para poder vestirla".