Mítica casa francesa
Christian Lacroix, así es la histórica firma del lujo barroco que ha comprado el grupo español STL
Los medios franceses lo compararon con Christian Dior, afirmando que era lo mejor que le había pasado a la moda francesa desde Yves Saint Laurent. Llegó a ser el nuevo "tesoro nacional"
Laura Estirado
A sus 73 años, Christian Lacroix sigue diseñando vestuario operístico, pero hace mucho tiempo que ya no controla su mítica (y homónima) firma de alta costura que deslumbró en los años 80 y 90, y que acaba de adquirir el grupo gallego, liderado por los hermanos Domínguez y en la que el grupo Puig tiene el 25% del capital, Sociedad Textil Lonia (STL). Antes de que John Galliano dejase al mundo ojiplático y con la mandíbula desencajada con su magistral desfile Artisanal SS24 para Maison Margiela, el diseñador francés nacido en la ciudad de Arlés, en la región de la Provenza del sur, en 1951 ya había alcanzado la gloria con diseños igual de excepcionales: auténticas obras de arte, pues sus propuestas lujosas y barrocas parecían recién salidas de un cuadro o de una obra de teatro.
Los medios franceses lo compararon con Christian Dior, afirmando que era lo mejor que le había pasado a la moda francesa desde Yves Saint Laurent. Llegó a ser el nuevo "tesoro nacional".
Y eso que Christian Lacroix acabó en el mundo de la moda casi por casualidad. Había estudiado Historia del Arte en la Facultad de Letras de Montepellier y el diseño de prendas prêt-à-porter era solo una forma más de expresión artística. Sin embargo, gracias a su mujer, François Rosenthiel, y el consejero de moda Jean-Jacques Picart, acabó entrando a trabajar en la casa Hermès en 1978. Tres años después dio el salto a la maison del diseñador Jean Patou, famosa por su perfume Joy, donde aprendió todo lo necesario para triunfar en la alta costura.
Opulencia barroca
Conocida por sus diseños exuberantes, opulentos, barrocos, sofisticados, coloristas y aires teatrales, Christian Lacroix nació como marca en 1987 con la inversión del presidente y CEO de LVMH, Bernard Arnault.
Las creaciones de Lacroix marcaron la estética de la época, con sus famosas faldas 'pouf', chaquetas bordadas y llamativos vestidos de gala. Algunas de sus clientas más famosas fueron Madonna, Julianne Moore y Uma Thurman. "El mundo necesita de la moda algo de emoción", afirmaba el creador. Sus carísimos carísimos vestidos "para una única ocasión", como le gustaba presumir, están fabricados con satenes, terciopelos, encajes y ricos brocados.
A sus colecciones de prêt-à-porter se añadieron perfumes y accesorios, mientras las aperturas de nuevas tiendas se sucedían.
"El mundo necesita de la moda algo de emoción", sostiene Lacroix
El lujo desenfrenado dejó de llevarse con el cambio de milenio, y en 2005, LVMH vendió Lacroix al imperio estadounidense multisectorial Falic Group, uno de los principales actores de la venta en aeropuertos. A las feministas de la Segunda Ola, como Gloria Steinem, editora de la revista 'Ms', tampoco le encajaban sus diseños: "No los entiendo porque no me gustan. Quizá Lacroix sea una reacción al progreso de las mujeres".
Lacroix tuvo que vender la firma y cerrar los talleres y todas las tiendas que había abierto por el mundo.
Cuatro años más tarde, el diseñador presentó su última colección de alta costura, elaborada a partir de los retales sobrantes de colecciones anteriores. Luego, llegó la suspensión de pagos, el cierre de los talleres y de todas las tiendas que había abierto por todo el mundo.
Tuvo una pequeña reaparición estelar en pasarela en septiembre de 2019, invitado por Dries Van Noten. A cuatro manos, los dos alumbraron una vibrante colección de estampados animales y florales, mangas jamón, toreras con cuentas y faldas de baile con volantes.
Más tarde, en 2013, Lacroix también diseñó una colección de alta costura única para Schiaparelli.
Joyas de alfombras rojas
Desde entonces, la marca ha seguido adelante, a través de licencias, y las piezas de archivo de Lacroix se han convertido en objeto de deseo de las 'celebrities' en las alfombras rojas, ávidas por rescaqtar tesoros 'vintage'. Uno de los más llamativos y recientes, cuando Rihanna se tocó con un enorme sombrero de peluche de alta costura de otoño 2002 a juego con su minivestido, en los British Fashion Awards 2024.
En la cartera de STL figuran actualmente Purificación García y CH Carolina Herrera, adquiridas en 1998 y en 2000, respectivamente.
"Al adquirir la Maison Christian Lacroix, con su enorme riqueza de archivos e historia de la alta costura francesa, Sociedad Textil Lonia amplía su grupo de marcas reforzando su presencia internacional en el mundo de la alta moda", valora la compañía en un comunicado. "Nos ilusiona enormemente incorporar el legado y la imaginación sin límites de la Maison Lacroix a nuestro proyecto empresarial -añaden los responsables de la compañía-. Daremos lo mejor de nosotros para que el talento único de su creador y su invaluable aportación al mundo de la moda alcancen todo su potencial".
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