Respirar aire contaminado es "la mayor amenaza ambiental para la salud humana". Este es el diagnóstico de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre un problema de alcance global que, en estos momentos, pone en riesgo tanto la salud del planeta como el bienestar de las personas: la emisión de gases contaminantes. A estas alturas, nadie duda que la contaminación atmosférica sea un peligro. El debate está en cómo frenar su avance. Por eso mismo, este jueves el Centro Europeo para el Medio Ambiente y la Salud de la OMS ha organizado un evento para 'desbloquear' las conversaciones políticas sobre esta problemática.

Según ha explicado el investigador Michał Krzyżanowski, del Imperial College de Londres, "la evidencia científica sobre los riesgos de la contaminación no deja lugar a dudas; por cada incremento en los niveles de polución se observa un incremento en las tasas de mortalidad. Cada microgramo cuenta". Estudios a gran escala, por ejemplo, han observado que la exposición a largo plazo a los contaminantes aumenta el riesgo de muerte natural, de muerte por enfermedad cardiovascular y de muerte por enfermedad respiratoria.

Objetivos más definidos

Ante la abrumadora evidencia sobre el impacto de este fenómeno, la pregunta vuelve a ser la misma. ¿Cómo frenarlo? Tras décadas de políticas ambientales basadas en los buenos propósitos y en las promesas de los estados, la comunidad científica pide ir un paso más allá. "Necesitamos trazar un camino, poner objetivos claros y establecer mecanismos de revisión basados en la evidencia científica", argumenta Veronica Manfredi, portavoz de la dirección general de Medio Ambiente de la Comisión Europea.

"La lucha contra la contaminación está estrechamente relacionada con el proceso global de descarbonización. Si para 2050 conseguimos llegar a cero emisiones, la bajada de los niveles de contaminación favorecerá tanto el planeta como las personas. Podremos evitar muchas muertes prematuras", ha añadido Manfredi durante su ponencia. "Reclamar un aire limpio es una elección política y una responsabilidad social", ha destacado, a su vez, Hans Henri P. Kluge, director regional para Europa de la OMS.

Coordinación transfronteriza

Uno de los puntos claves de este debate está en cómo garantizar que los esfuerzos que haga un país para mitigar la contaminación no caigan en balde por la dejadez del vecino. "La contaminación no entiende de fronteras. Por eso mismo necesitamos fomentar la cooperación entre países en el diseño de las políticas contra la polución", ha destacado Isaura Rabago, presidenta del Grupo de Trabajo sobre contaminación atmosférica transfronteriza de Naciones Unidas(CEPE).

El debate despega apenas unas semanas antes del arranque de la Cumbre del Clima de Glasgow (COP26). Esa es la cita que se han dado los principales líderes políticos del mundo para (intentar) encontrar una solución a la crisis climática. La pelota está en su tejado.