No era consciente aún de la grave situación que iba a vivir, cuando Jorge ya quiso mandar un mensaje a familiares y amigos. A algunos ya desde el hospital les pedía perdón porque durante meses mantuvo una férrea postura negacionista ante el coronavirus. Llegó incluso a rogar a sus más allegados que no se vacunaran. Pero a sus 46 años y una vida sana, sin patologías y ligada al deporte, el virus le ha dejado en coma inducido. Desde hace semanas Jorge está ingresado en la UCI del hospital La Fe de Valencia, en estado de extrema gravedad. Allí hoy trata de salir airoso de su carrera más peligrosa, la de batir al coronavirus que durante tantos meses negó.