Con imágenes de su último concierto el pasado miércoles, en la sala madrileña La Riviera, el mismo escenario donde se estrenó en 2001, entonces con El Canto de El Loco, Dani Martín se despide, reconociendo que lo hace para centrarse en su salud mental. "Emocionalmente no soy una persona muy equilibrada, sufro mucho" asegura en sus redes el cantante, quien ya en el pasado había confesado sus problemas de salud mental. Ahora, sin embargo, es, si cabe, aún más claro, recordando su tendencia a engordar, su ansiedad y su dificultad para concentrarse en la música. Martín pone tierra de por medio por un tiempo indeterminado. Es “un hasta luego, hasta siempre o hasta cuando surja”.