Por la mínima, tan solo un voto, in extremis y sufriendo hasta el final. El Gobierno ha salvado una reforma laboral "histórica", en palabras de la vicepresidenta Yolanda Díaz, con una mayoría alternativa sustentada en Ciudadanos, los partidos regionalistas y la izquierda minoritaria de Más País. La votación ha sido de auténtico infarto. El pánico se ha apoderado del banco azul cuando la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, se ha equivocado al contar los votos y le ha dado uno más al no. Ha llegado a decir que el decreto quedaba derogado. Han sido unos segundos hasta que la propia Batet ha aclarado que el resultado: 175 síes y 174 noes.