Para la Unión Europea, las nucleares y el gas son energías verdes. El Parlamento europeo aprueba, por 50 votos de diferencia, que se las considere como la solar o la eólica, entre otras. De esta forma pueden recibir inversiones multimillonarias. Francia y Alemania han sido las que principalmente pedían esta clasificación que entrará en vigor en enero del año que viene.