La luz no da tregua y tira al alza de los precios. Respecto al año pasado la subida ha sido de más del 49% y su efecto dominó impacta en cientos de negocios. En el repunte de precios influye también la alimentación, un 13,5% más cara que hace un año. En el caso de los alimentos las subidas se deben también a la sequía. Un suma y sigue de precios desorbitados que no se compensan con aumentos de sueldo. Baja el combustible, pero no consigue mitigar la inflación.