In extremis y cuando la lava estaba a menos de 90 metros, la Guardia Civil lograba extraer diez toneladas de productos químicos de plantaciones e invernaderos. En estos sacos hay nitrato amónico, azufre y todo tipo de fertilizantes de un almacén que iba a ser devastado por la lava. Si estos productos arden la nube tóxica sería mucho más dañina. Y el peligro se multiplica porque la zona ahora amenazada está llena de invernaderos.