Más cerca, a veces demasiado, y con más medios tecnológicos que nunca para analizar en tiempo real una erupción terrestre en España. La actividad volcánica y sísmica en La Palma está siendo monitorizada con un despliegue sin precedentes por tierra, mar y aire. Desde estaciones sísmicas, gravímetros, estaciones GNSS, pasando por sensores geoquímicos e imágenes por satélite y también con drones. Con cámaras térmicas y la imprescindible medición continua de la calidad del aire. Seguimiento al minuto con cientos de profesionales: vulcanólogos, geólogos y biólogos, entre otros, coordinados por el PEVOLCA (Plan de Emergencias Volcánicas de Canarias) con la ayuda del Instituto Geográfico Nacional, el CSIC, la UME, la Policía Nacional y la Guardia Civil.