Uno de los brazos de la colada norte, el que avanza más deprisa está a 160 metros de la costa, quemando plataneras. Ayer estaba a más de 210. Todos los ojos están puestos en ese punto porque cuando rebase el acantilado caerá al mar para formar un fajana provocando una enorme nube de vapor de agua que transportará tóxicos. Esta vez está muy cerca de la población. Este brazo, pegado a la montaña de la Laguna, discurre en paralelo a otro que reactivó su actividad el viernes pero solo ha crecido a lo ancho. Los expertos esperan que algún momento se unan. Los dos alimentarían la misma fajana. Con el dron podemos ver la primera fajana que se formó. Más de 35 hectáreas arrasadas en el mar. Creció casi 700 metros de largo pero sobre todo a lo ancho. Es la consecuencia de la primera colada, la que bordeó otra montaña, la de Todoque. Vemos un ramal que se desvió hacia el delta antiguo del volcán de San Juan y nunca llego al mar.