Primero el enorme enfado. Luego la decisión: Aragonés congela las relaciones políticas con el Gobierno de Sánchez hasta que se aclare el escándalo y se asuman responsabilidades. Quiere explicaciones y los nombres de los implicados. Ha pedido un cara a cara con el Presidente, una investigación interna y otra en el congreso de los diputados. 4 parlamentarios independentistas catalanes y uno de Bildu están entre los 63 nombres espiados.