Con voz firme, Joe Biden, presume de la retirada de sus tropas en Afganistán. Pese a las críticas, saca pecho y zanja el conflicto más largo de la historia de Estados Unidos, sin olvidarse del ISIS. Los nuevos amos del país quieren ondear la bandera blanca. Pero, las imágenes de celebración de estos días, no dicen lo mismo. En Kabul han escenificado el entierro de Estados Unidos y de sus aliados de la OTAN con féretros incluidos. Y con aires de grandeza, los nuevos amos del país entraban en el aeropuerto de Kabul, donde no han parado de hacerse fotos. Su comando de élite ha posado con sus trajes de camuflaje impecables y subidos en los aviones estadounidenses. O en lo poco que queda de ellos porque los militares los han dejado inutilizables. Sobre la pista solo queda un silencio tenso.