Con esa potente explosión entraba en erupción el volcán Aso, en la isla de Kyushu, en el suroeste de Japón. Una columna de humo y ceniza se eleva a casi cuatro kilómetros de altura lanzando piedras volcánicas a más de mil metros de distancia. Por eso las autoridades recomiendan evitar el área, muy visitada por ser un enclave natural de gran belleza. De hecho la erupción, como vemos, cogió desprevenidos a los visitantes en este aparcamiento. El nivel de alerta volcánica se sitúa entre dos y tres puntos en una escala de cinco, lo que significa la prohibición de acercarse a menos de dos kilómetros de la montaña.