Al grito de "Jersón es Ucrania" protestan los ciudadanos. Ondean banderas ucranianas mostrando el amor por su país. Alzan la voz contra el establecimiento de una falsa república. También contra el alcalde elegido, vinculado a los rusos. Pero de repente se oyen explosiones y una gran humareda se adueña de la plaza donde los manifestantes protestan. La gente corre para huir del lugar. Hay heridos tirados por los suelos. Un ucraniano graba la escena. Era una manifestación pacífica, recuerda. En sus palabras es interrumpido. El humo va hacia su dirección. Los rusos han lanzado gas lacrimógeno para dispersar a la población: las manifestaciones están prohibidas, dicen desde un tanque. Quieren recordar a los ucranianos que su ofensiva no ha terminado.