Se agota la paciencia de la población china con sus gobernantes después de tres años de pandemia. Han perdido el miedo y salen a las calles a expresar su hartazgo por las restricciones casi continuas y los confinamientos. Las protestas se extienden a las principales ciudades del país. Cientos de personas han sido detenidas. Son las mayores protestas a las que se enfrenta el presidente del país, Xi Jinping.