En un intento por acallar el conflicto social, el presidente francés Emmanuel Macron rompía ayer su silencio y ofrecía una entrevista en la televisión pública. Era la primera vez que se le escuchaba tras el comienzo de los incidentes y la moción de censura. Ha evitado entonar el "mea culpa" y ha defendido su reforma de las pensiones porque, dice, es necesaria. Macron ha asegurado que está dispuesto a soportar la impopularidad de esta reforma y ha dicho que no va a ceder a la presión de la calle.