En Irlanda, más de cuatro millones de personas amanecían este viernes sin poder salir de sus casas tras la llegada de la borrasca Eowyn, con vientos tan fuertes como los de un huracán de categoría 3. Hasta 190 kms/hora se han llegado a medir en los acantilados del condado de Clare y 184 kms/hora en Galway. Los meteorólogos explican que no es una borrasca normal. Eowyn es tan potente porque en el Atlántico han confluido un aire gélido que bajaba del Ártico con aire templado y húmedo que venía del sur. Eso hizo que la borrasca se profundizara muy rápido y se convirtiera en una "bomba ciclónica" que dejaba sin electricidad a casi un millón de hogares, obligaba a cancelar más de 1.000 vuelos en todo el Reino Unido, derribaba árboles de cuajo y ha obligado a suspender el tráfico por carretera, tren y ferry. Eowyn ha golpeado Irlanda y después se ha dirigido a Escocia, aunque algo más debilitada.
