La basílica de Santa María la Mayor de Roma abre sus puertas este domingo a primera hora para que los fieles puedan visitar la tumba del papa Francisco, enterrado ayer en este templo tras un funeral con asistencia masiva.

El sepulcro consiste en una lápida de mármol de la región de Liguria, de donde eran los antepasados italianos del pontífice, con una única inscripción: Franciscus, su nombre papal, y una reproducción ampliada de su cruz pectoral en plata.