Cuando las vacas hacen sus necesidades libremente mientras pastan están contaminando el suelo. El amoniaco producido en los desechos de las vacas se convierte cuando se filtra en el suelo en el tercer gas de efecto invernadero más importante tras el metano y el dióxido de carbono. La agricultura es la mayor fuente de emisiones de amoniaco. Los investigadores tratan de demostrar que las vacas pueden ser entrenadas para orinar, lo que permite recoger y tratar los desechos reduciendo la contaminación en el aire y creando granjas mucho más respetuosas con el medio ambiente. Empezaron compensando a los terneros cuando orinaban en la letrina, después les permitieron acercarse cuando necesitaban orinar.