Hace exactamente un mes la tierra comenzó a temblar en La Palma anticipando la erupción volcánica que apenas una semana después provocaría la destrucción de buena parte de la isla. Ese mismo 11 de septiembre un equipo de científicos del Instituto Geográfico Nacional (IGN) se desplazó a La Palma para monitorizar el volcán y allí permanecen en primera línea. Y es que todavía no hay ninguna señal que indique que el final de la erupción está cerca.