Un equipo de la Universidad de Oviedo descifra el genoma de la medusa inmortal. Se llama ‘Turritopsis dohrnii’, mide apenas 4 milímetros, y la han ido a buscar a las aguas del Mediterráneo. Su peculiaridad es que cuando les tocaría morir, rejuvenecen. No se trata de la reprogramación de una célula sino de todo un organismo. El trabajo no persigue la búsqueda de estrategias para entender la inmortalidad humana. Pretende encontrar respuestas a las numerosas enfermedades asociadas al envejecimiento.