Si hubieran llevado abrochado el cinturón 49 personas que han fallecido este verano es muy probable que hoy no formarían parte de esta lista. La de los 225 muertos en las carreteras durante el verano. La teoría está clara, es obligatorio para todos los ocupantes, pero de nuevo demasiada irresponsabilidad. Con la movilidad prepandemia, recuperada e incluso con más desplazamientos que en 2019, hay diez muertos más que ese año.