Al seleccionar el aguacate perfecto en el supermercado, presta especial atención a su textura. El punto crucial está en la firmeza y la suavidad. Un aguacate maduro, ideal para consumir en el momento o en los próximos días, debe ceder ligeramente al presionar suavemente con los dedos. Evita aquellos que estén demasiado duros, ya que probablemente necesitarán más tiempo para madurar. Si se siente extremadamente blando al tacto, podría estar sobre maduro o incluso estropeado.

Además, examina la piel del aguacate. Busca aquellos con una piel uniforme y sin grietas. Los aguacates maduros generalmente tienen un color oscuro y pueden tener pequeñas manchas más oscuras en su piel, indicando que están listos para comer. Sin embargo, ten en cuenta que algunos aguacates, como la variedad Hass, pueden tener una piel rugosa incluso cuando están maduros.

Recuerda que la zona cercana al pedúnculo (la pequeña área en la parte superior del aguacate) puede ofrecer pistas sobre su madurez. Retira suavemente este pequeño tallo; si debajo revela un verde brillante, el aguacate está maduro y listo para ser consumido. Si es difícil de quitar o muestra un color marrón, es posible que necesite más tiempo para madurar.