Para entrar a la barraca de Vicente hay que pasar por dentro de un Peugeot 206 verde, que está debajo de otro coche y apoyado a un muro de la casa. No sabe explicar cómo esa barraca situada al lado de la carretera y donde él vive sigue en pie.

La estructura aguantó, pero lo de dentro es zona catastrófica. "Tenía aquí hasta documentación, mi cocina.... Todo se ha echado a perder y supongo que tendré que ir a casa de mis hijos", cuenta este mecánico que se acababa de jubilar.