Se ocultaba con una capucha, gafas de sol y mascarilla para perseguir a las niñas. Es un hombre de 41 años que se obsesionó con una de sus víctimas de solo 12 años. La madre de la menor cuenta que la primera vez que su hija lo vio fue oculto tras unos árboles en la marquesina del autobús. En aquella ocasión la siguió diciéndole palabras fuertes que preocuparon a la policía local. Denunciaron al sospechoso. Aunque varios vecinos ya habían alertado de su presencia en parques y colegios donde se quedaba mirando muy fijamente a los menores.