La gran rotonda del desvío de la carretera Nacional 340 a la entrada norte de Vila-real no ha sido bien asimilada por los conductores en estas primeras tres semanas desde que el 31 de marzo se abrió al tráfico. Cada día hay algún vehículo que choca con otro o contra la barandilla azul de la rotonda, que pese a que ha sido arreglada varias veces ya está de nuevo doblada.

María Varga, dependienta de la gasolinera BP que hay junto a la nueva rotonda, explicó ayer que ella ya ha presenciado más de 20 accidentes. "Un día un coche saltó la barandilla y por suerte no cayó abajo, otra vez un vehículo chocó con un camión...". "Circular por el tercer carril exterior es un peligro ya que entran muy fuerte", explicó. Precisamente, ayer por la mañana un camión se quedó cruzado en dicha rotonda teniendo y tuvieron que acudir efectivos de la Guardia Civil y de la Policía Local.

Uno de los operarios que trabaja en la carretera explicó que los accidentes se producen porque "los vehículos entran muy fuerte en la rotonda golpeando a los que circulan por ella". El Ministerio de Fomento tiene previsto instalar bandas rugosas que disminuyan la velocidad de los coches que llegan a dicha rotonda.

Cabe recordar, como ya avanzó este diario, que a este problema se une la peligrosa salida de los coches a la Nacional por la rotonda más pequeña debido a la falta de carril de aceleración y los problemas de circulación en esta zona de Vila-real que generan los numerosos camiones que salen y entran en las empresas del polígono norte.