La tradicional Processó del Farolet puso ayer el punto y final a dos semanas de actividades organizadas por la Congregación de Hijas de María Inmaculada en honor a su patrona. Cientos de luces portadas por congregantes recorrieron las calles céntricas de la ciudad para acompañar a la imagen de la Virgen desde la iglesia Arciprestal, donde ha permanecido durante las fiestas de las purisimeras, hasta la sede social de la entidad, ubicada en la plaza de Sant Pasqual. Después, un castillo de fuegos artificiales puso la nota de color al final festivo.

También las difuntas de la organización socio-religiosa tuvieron su momento de recuerdo en el último día festivo, con el funeral cantado que se ofició en el primer templo local.

La junta directiva de la congregación, encabezada por su presidenta Laia Moliner, han trabajado duro este año para conmemorar unos festejos especiales, al coincidir el 150° aniversario del dogma de la Inmaculada Concepción con el medio siglo de vida de la imagen procesional de las purisimeras.

Desde el 27 de noviembre, día en que tuvo lugar la tradicional velaeta que anuncia las fiestas de las purisimeras, han sido miles las personas que han participado en las distintas actividades, tanto lúdicas como religiosas, preparadas por la entidad.

A pesar de la lluvia que, en alguna ocasión, obligó a realizar la procesión por el interior de la iglesia, la participación de congregantes ha sido masiva.

La próxima actividad que realizará la congregación será el 1 de enero, jornada en que se celebra la fiesta de Santa María Madre de Dios, en que se celebrará una misa vespertina en la Arciprestal tras la que se llevará a cabo una ofrenda en favor de personas necesitadas.