Entre la hojarasca más o menos frívola de la publicidad, que ampara y promociona el consumismo navideño, una nota de positivismo y de ternura ha tenido lugar, enlazando el hecho con un auténtico espíritu navideño. Los escolares han recogido comida para hacerla llegar a un centenar de familias que, de otro modo, hubieran tenido una navidad más bien parca y escasa. Una felicitación para Cáritas Interparroquial y para los alumnos que han participado en tan laudable y cristiana actividad.

En una sociedad del bienestar y de la abundancia como afortunadamente es la nuestra, no faltan, antes al contrario, las hay en demasía, familias que apenas si tienen algo para comer cada día.

La búsqueda cada noche de algo que llevarse a la boca en los contenedores donde echan la basura los supermercados es la prueba de lo dicho anteriormente. Por eso, alegra saber que los escolares han convertido la alegría de la navidad en un acto de amor, de fe, de altruismo, de caridad y de pensar en el prójimo.