Las fiestas en honor de la virgen de Gr cia han entrado ya en el recuerdo. Cada uno podrá poner sus puntos de calificación y aplaudir más unos aspectos u otros. Y hay un aspecto que se ha notado en falta. El vuelo general de campanas ha sido siempre apoteósico, global, sonoro a más no poder y festivo a todo plan.

Por aquello de que todo se hace viejos también las campanas de nuestro campanario han entrado en una fase casi de senilidad y ha habido que quitarlas de su ubicación sempiterna y hacerlas viajar mucho para su rehabilitación.

Tan solo dos de ellas se han quedado en el campanario y la verdad es que sonaban a poco en un día tan grande como el del adiós a nuestra patrona. Se dejaba notar la inmensa sonoridad de los bronces que ponían el broche y punto final a la visita de la Mare de Déu de Gr cia. Es de esperar que para el año que viene, que la patrona será coronada, pontificia y canónicamente, las siete campanas de nuestro campanario puedan ser lanzadas al aire para celebrarlo.