El camí Cuquello vivió ayer uno de sus días más especiales con la celebración de la tradicional xulla, que reunió a unas 200 personas en la placeta donde se celebran todas las cenas festivas.

La fiesta comenzó horas antes, a las 20.30, tras la novena diaria a la Mare de Déu d´Agost, con la preparación de las brasas para torrar la carne. La peculiaridad de esta velada es, tal y como explicó Ana, una de las clavariesas de estos festejos populares, que "aquí, cada familia trae su propia carne para ahorrar". La clavariesa añadió que "la organización paga las ensaladas, las bebidas, los postres y el café, pero el grueso de la cena lo aporta cada persona, puesto que la comisión no puede asumir todo su coste". Según argumentó Ana, "es la noche más importante y la que más gente hay porque todas las familias traen algún invitado".

Posteriormente, hacia las 23.30 horas, comenzó la actuación del trío Alabama, que se prolongó más de dos horas.

Por la tarde, un grupo de animación realizó actividades para los más pequeños de la partida y, posteriormente, los organizadores repartieron golosinas a los más jóvenes, que disfrutaron con los juegos preparados.