El NAC Breda acabó capitulando ante el talento de un Villarreal que, pese a estar en pleno rodaje, saldó con nota alta su primer partido oficial y cuando los toros ya eran de verdad. La competición siempre es diferente, por muy inferior que sea el rival y el NAC está varios puntos por debajo del Submarino, pero los holandeses se hallan en una fase más adelantada de la temporada y eso equilibró el duelo.

Valverde esbozó su primer once oficial del año I después de Pellegrini y no sorprendió a nadie después de las diferentes probaturas vistas durante la pretemporada. La confirmación de Ángel en el lateral derecho y la ubicación del Caño Ibagaza como mediocentro organizador se apuntaban como los únicos matices destacables dentro de la primera formación titular del entrenador.

La superioridad técnica de los amarillos se antojaba demasiado sensible y perceptible. Sin embargo, el rodaje siempre otorga un plus imprescindible que ahora mismo le falta al Villarreal. Los holandeses aventajaban en siete partidos a los hombres de Valverde, un argumento que contribuyó a igualar un tanto la desigual balanza que existe entre el colíder actual de la Eredivisie y el quinto de la Liga española.

EL PLAN DE VALVERDE

El Villarreal no presionó tan arriba al NAC y le esperó replegado en su mediocampo, para intentar robarle la pelota en esa zona y explotar la endiablada velocidad de futbolistas como Rossi, Nilmar y Cazorla. Senna mantuvo bien la posición, pero el hispano-brasileño todavía carece de ese punto de gracia que otorga la disputa de partidos. Pese a todo, al Submarino le bastaba con la clarividencia de un omnipresente Ibagaza y la calidad de Santi Cazorla para esbozar ese fútbol eléctrico que pretende implantar Ernesto Valverde esta temporada.

El NAC Breda, que partía con un 4-3-3 más teórico que real, optó por un repliegue intensivo en su campo cuando el Villarreal asumía el control del balón. Una situación que puede ser habitual y a la que tendrán que acostumbrarse los amarillos, porque la única manera de frenar la velocidad de los puntas del Submarino es no dejar espacios libres ni favorecer sus contras. La otra, a la que también recurrieron los holandeses, el juego bronco y el exceso de dureza. Pese a ello, cuando un equipo posee tanto talento individual como es el caso del actual Villarreal, en cualquier momento puede saltar la sorpresa. Y habrá que habituarse a disfrutar con goles de bella factura como los de Tarragona o el que anotó ayer Giuseppe Rossi en el minuto 14, tras una espectacular combinación con Nilmar. Un chispazo eléctrico que fulminó al NAC, aunque solo dos minutos después, en una acción a balón parado, Loran reestableció el empate.

El Villarreal dominaba el juego, aunque denotaba que su juego todavía necesita reajustes como la mayor precisión en el pase, evitar las pérdidas de balón o un mayor entendimiento al dibujar los desmarques cuando Ibagaza busca la asistencia letal en el último cuarto de campo.

EL MÁS LISTO DE LA CLASE

El equipo de Valverde le quitó una marcha a su juego en la segunda mitad ante el cerrojo de los holandeses, totalmente agazapados en mitad del terreno de juego. No encontraba el área el Villarreal, pero eso no es óbice para que los cracks amarillos no vean puerta. Y como en este Submarino sobran los listos, uno de los más espabilados de la clase, como es Ariel Ibagaza, aprovechó una ingenuidad local para marcar el 1-2 mientras el portero holandés Ten Rouwelaar colocaba la barrera sin pedir su formación.

LA PUNTILLA DE LLORENTE

Valverde rediseñó su dibujo y dio entrada a Joseba Llorente, Pirès y Fuster, pasando del 4-4-2 al 4-2-3-1. Y los que salen tienen el mismo potencial que los que se van. El Villarreal acabó jugando con más temple. Y Llorente puso la puntilla en el descuento con el 1-3. Lo más importante, es que el mejor equipo de la historia del Villarreal sigue cubriendo etapas y tiene muy buena pinta. Lo que se ve es de notable, lo que se intuye es todavía mejor.