Temor es lo que ayer se respiraba entre un buen número de vecinos del barrio Melilla de Vila-real, después de que en la noche del martes se produjera un nuevo derrumbe de un techo en una vivienda de esta zona, ubicada al oeste del casco urbano, muy próxima a la calle Casas de Capote, donde tan solo 20 días atrás murieron una anciana y su bisnieto de cuatro años al desplomarse sobre ellos el porche del maset en el que pasaban el verano.

“Sí que hay cierto temor en el barrio”, explicaba una mujer de avanzada edad, cuya vivienda se ubica a escasos metros de la que ahora protagonizó el incidente. Aun así, señalaba a Mediterráneo que “la mayoría de las casas han hecho trabajos de mantenimiento en los últimos años, eso si no las han levantado nuevas otra vez, y parece que en esta no se realizaron obras desde que se construyó, hace 40 ó 50 años”.

Precisamente, ese temor del vecindario ha originado en los últimos días más peticiones de ciudadanos para que los técnicos municipales inspecciones hogares en busca de posibles problemas estructurales. Un extremo este que, según explicó ayer el concejal de Urbanismo de Vila-real, Alfredo Sanz, obliga a estudiar la posibilidad de firmar un convenio con el Colegio Oficial de Arquitectos Técnicos de Castellón, “para, en el caso de que se dé un fuerte incremento de viviendas a revisar, el proceso se lleve a cabo lo más rápido posible”.

EN RIESGO // A este respecto, el edil Sanz indicó que de las alrededor de 500 casas que, como publicó este rotativo, se han inspeccionado en la última década, “entre el 5% y el 10% tienen que acabar llevando a cabo algún tipo de actuación y, de ese porcentaje, solo un 10% puede decirse que suponen un riesgo inminente”.

Pese a todo, el concejal de Urbanismo insiste en la necesidad de que los vecinos que piensen que sus inmuebles pueden presentar algún problema estructural, como es el caso de la aluminosis, “que no duden en pedir al Ayuntamiento una inspección, porque es preciso que la gente lo solicite y que permita que los técnicos puedan realizar su trabajo”.

SIMILITUDES // Asimismo, Sanz explica que el desplome parcial del techo del número 31 de la calle Melilla, acaecido la noche del martes, tiene una causa similar al que causó la muerte de una mujer de 70 años y de su bisnieto de cuatro, 20 días atrás, en un maset de la calle Cases de Capote.

“La vivienda tiene las mismas características constructivas que el otro inmueble siniestrado”, señala, en referencia a que las vigas utilizadas en su construcción y el forjado se elaboraron con cemento aluminoso, lo que, con el paso de los años y el contacto continuado con la humedad han provocado un deterioro que, finalmente, acaba con la rotura de las piezas afectadas por aluminosis.

El máximo responsable vila-realense en materia urbanística insiste en que “el Ayuntamiento está a disposición de todos los vecinos que requieran una evaluación de riesgos que puedan presentar sus respectivas casas”. H