El último derrumbe de parte de la vivienda ubicada en el número 31 de la calle Melilla amenaza con afectar a la casa anexa, la del número 29, por cuanto una de las paredes de la terraza tiene un elevado riesgo de desmoronarse, según han apuntado a Mediterráneo familiares de la anciana de 79 años que, junto a su hija, habita en esta última vivienda y que, ahora, se ha visto obligada a dejar la misma y realojarse en el piso de otra de sus hijas.

“Por el momento, no hay ninguna novedad al respecto y, por tanto, no nos dejan acceder a la casa porque está a punto de desprenderse la medianera de ambos edificios”, explica Tomás, yerno de la vecina desalojada para evitar posibles daños personales.

Desde el Ayuntamiento de Vila-real, el concejal de Urbanismo, Alfredo Sanz, señala a este rotativo que los técnicos siguen evaluando las causas del nuevo incidente aunque, como ya indicó el edil, todo apunta a que la aluminosis está detrás de este derrumbe, como ocurriera 20 días atrás con la caída del porche de un maset en la calle Cases de Capote, que causó la trágica muerte de una mujer de 70 años y de su bisnieto de tan solo cuatro.

En cualquier caso, los familiares de la anciana que resultó herida en la calle Melilla al caerle parte del tejado y del primer piso de su casa han accedido durante unos minutos a esta para sacar algunas pertenencias y animales que permanecían allí. Algo que también han podido hacer los vecinos del inmueble que también fue desalojado, aunque en ambos casos siempre acompañados por agentes de la Policía Local.

“Nos dejaron muy poco tiempo, pero por lo menos pudimos recoger algunas de nuestras cosas, como la ropa necesaria, hasta que nos dejen entrar definitivamente en la casa”, indican.

PETICIÓN

En este sentido, el yerno de la vecina desalojada por riesgo de derrumbe en el número 29 de la calle Melilla informa que han presentado una solicitud en el Ayuntamiento “para que vengan y apuntalen la casa, algo que creemos que es urgente”.

De todos modos, y como ayer publicó este rotativo, los vecinos de la zona del barrio de Melilla muestran su temor ante la posibilidad de que se repitan más incidentes de estas características.

Es por ello que desde el Ayuntamiento auguran un repunte de las solicitudes de inspecciones a viviendas de esta zona, en su mayor parte construidas entre los años sesenta y setenta, en pleno apogeo en el uso del cemento aluminoso que, ahora, medio siglo después, empieza a ser origen de sobresaltos y de, incluso, accidentes con resultados fatales.

De ahí que el edil Sanz haya anunciado la inminente firma de un convenio con el Colegio Oficial de Arquitectos Técnicos de Castellón para poder hacer frente al previsible incremento de revisiones en los próximos meses.