La alta cocina del Villarreal ha añadido, a su prestigioso club, a un chef de la selecta élite: Borja Valero. Los fogones del Submarino están habituados a grandes maestros del estilo de los Cazorla, Pirès, Bruno o Cani. La cátedra ha incluido al exjugador del Mallorca a su magisterio. Una molesta lumbalgia le impidió lucir el amarillo en Athlone, en el primer partido de la pretemporada. Todo apunta a que el buen trabajo de los fisios le permitirá debutar hoy en Bray (20.00, hora española).

Borja ha sido uno de los grandes fichajes del verano. El Sevilla, club que como el Villarreal posee buen tino a la hora de contratar futbolistas a un precio muy distinto al de los grandes clubs, todavía llora que se les escapara uno de los talentos emergentes de la Liga. Un centrocampista que forma parte del segundo escalafón de grandes jugadores creativos, solo por detrás de los Cesc, Iniesta o Xavi. Borja se formó en la cantera del Real Madrid con gente como De la Red o Soldado. Seguro que si hubiera salido de la Ciudad Deportiva de Miralcamp, su eclosión deportiva habría llegado antes. El Villarreal mima la cantera; el Madrid tira a sus jóvenes talentos por un desagüe que siempre acaba desembocando en clubs importantes de Primera.

Borja es serio, un tanto tímido posiblemente, pero su cabeza funciona dentro de las coordenadas adecuadas para triunfar en su profesión. Se le nota feliz e identificado con su nuevo club. Garrido le ha respaldado totalmente y ha sido el gran valedor de su fichaje. “El míster, desde el primer día, me dijo que cuando concluyó la pasada temporada, ya comunicó a la dirección deportiva que podía ser un jugador interesante. Tengo que pelear para responder a esa apuesta que ha formalizado el club por mí y poner de mi parte para que salga bien”, descubre.

MÁS COMPLETO // El paso por la Premier League (West Bromwich Albion), como a otros futbolistas españoles, le ha hecho más fuerte y competitivo. “He crecido muchísimo en Inglaterra porque allí impera un estilo totalmente distinto, mucho más fisico, con un juego de ida y vuelta, menos táctico”, confiesa. Una idiosincrasia diferente será la que vivirá a partir de ahora. El juego que gusta a su actual club, y que pretende implantar Garrido, no se asemeja en nada. “El fútbol del Villarreal es el que más me agrada. Es muy distinto al inglés, claro, pero es el que he practicado de pequeñito. Este es un equipo que me viene como anillo al dedo”, explica.

El Submarino ha apostado por la cantera, una situación desconocida para un futbolista como él, que tuvo que emigrar para triunfar. “Sabemos lo especial que es el Madrid para la cantera. Allí se quieren resultados inmediatos y el jugador requiere un proceso en su formación. No puede salir y enseguida dar resultados. El Madrid no tiene esa paciencia, pero sí dinero para comprar a los mejores jugadores del mundo”, dice con una lógica y conocimientos aplastantes de la realidad.