El secretario de la Comunidad de Regantes de Vila-real, José Vicente Bosquet, señala que para que el agua del Millars pueda destinarse al abastecimiento de la población, la Administración competente debe construir una planta potabilizadora para garantizar que el líquido que salga por los grifos sea totalmente apto para consumo humano. Aun así, el trabajo previo de los técnicos antes de cerrar el acuerdo se alargará por espacio de uno o dos años.

Tanto el alcalde, Juan José Rubert, como los representantes de los regantes destacan la “predisposición total” de todas las partes, también de la Confederación Hidrográfica del Júcar, para asegurar el mantenimiento de ‘congelar’ la asignación de agua del Millars que, por derecho histórico, le corresponde a la ciudad.