Las entidades sociales y religiosas que, habitualmente, vienen organizando campamentos de verano para niños y jóvenes vila-realenses observan un interés especial este año por que los benjamines de la casa participen en alguna de las iniciativas estivales que llevan a cabo este tipo de organizaciones de la ciudad.

Muestra de ese incremento en la voluntad de los padres de que sus hijos pasen unos días de asueto junto a otros niños y jóvenes se vivió ayer, coincidiendo con la jornada de apertura de las inscripciones para las acampadas que preparan las congregaciones de Hijas de María Inmaculada y de Lluïsos, y de la Asociación de Hijas de María del Rosario.

En concreto, y en el caso de las purisimeras, estas cubrieron a las 10.30 horas el límite de plazas disponibles para su tradicional estancia en Montanejos. Y ello, pese a que hasta la tarde no se abría la matriculación. Y es que, según confirmaron a Mediterráneo fuentes de la entidad, “a las seis de la mañana ya había gente esperándose para coger turno y cuatro horas después ya estaba completo el cupo de asistentes”.

De similar manera se expresó ayer a este rotativo el presidente de Lluïsos, David García, quien constató que “a las 9.30 horas ya había gente haciendo cola en las puertas de la congregación, aunque la inscripción no se inició hasta las 19.30 horas, que es cuando estaba previsto hacerlo”.

Aun así, García asevera que, por lo general, hay plazas suficientes --un centenar-- para participar en el campamento que se desarrolla en Aiguaviva. “El año pasado se quedaron algunos chavales en lista de espera pero, al final, decidimos incluirlos a todos; en esto somos bastantes flexibles”, dice.

También las rosarieras iniciaron ayer el plazo para apuntarse a su actividad en Llucena, con el overbooking total asegurado.