En torno a los 30 años es lo que puede tardar Vila-real en completar la urbanización de las 42 unidades de actuación en que se divide la zona residencial del Madrigal, si se tiene en cuenta el ritmo de obra que ha caracterizado la intervención y que ha desembocado en la finalización de las primeras nueve áreas de ejecución casi siete años después de iniciarse los primeros trabajos.

Y es que fue en junio del 2004 cuando las máquinas iniciaron el desarrollo de las primeras unidades en el espacio ubicado tras el polideportivo Zona Nord y prosiguieron en las restantes, hasta alcanzar las nueve ahora completas y en las que ya se pueden solicitar y conceder licencias para la construcción de masets o cualquier otra vivienda unifamiliar.

Precisamente, la lentitud de los trabajos de urbanización de esta importante zona residencial de Vila-real, agravada por los continuos recursos y conflictos judiciales protagonizados por dueños de tierras inconformes con la ocupación de sus propiedades, es lo que ha llevado a que el equipo de gobierno cuatripartito y, en especial, el concejal de Urbanismo, Emilio Obiol, planteen nuevas fórmulas para salvar los obstáculos que ralentizan el desarrollo de la partida del Madrigal.

En cualquier caso, será en una próxima reunión entre los técnicos municipales y los de las empresas urbanizadoras cuando se decida, con la connivencia de los vecinos, si se inicia el desarrollo de las nuevas unidades que ya han completado la documentación para hacerse realidad.

Aun así, Obiol no descarta hacer efectiva una especie de caducidad del PAI, de manera que el resto de la zona residencial que queda por desarrollar lo haga de acuerdo a las necesidades de los propietarios y del momento. H