José Francisco Molina no ha hecho más que aterrizar en el primer equipo y ya le toca afrontar una final, la de esta noche ante el Sporting (21.00 horas). Quizás, en un club que ha disputado partidos decisivos, incluso unas semifinales de Champions, pueda sonar a hipérbole el calificativo de final, pero para Molina, “no deja de ser verdad”. “El partido más importante de mi vida es este; es siempre el que voy a jugar”, dice el técnico, que en apenas un año ha dado un espectacular salto de Tercera a Primera División.

Sin embargo, pase lo que pase hoy en el Madrigal, Molina pide un voto de confianza para un grupo “comprometido y que va a hacer todo lo que esté en su mano para salir de ahí abajo”. “Es vital sacar los tres puntos, pero si por algún motivo no tenemos un buen día, o aún haciendo un partido cojonudo no ganamos, ¿qué pasará? ¿Ya nos rendimos? ¿Nos damos por descendidos? ¿Se acaba la temporada? Todavía habrá por delante 19 partidos. Somos conscientes de la importancia del próximo partido, pero no podemos volvernos locos”. Molina apuesta por este Villarreal y por el ilusionante reto que se le ha puesto delante.

--¿Bonito reto en un momento bastante complicado ?

--Entrenar al Villarreal, un club con el que me siento identificado, es una responsabilidad y un placer. Nunca he negado que mi objetivo era llegar a Primera y si era en este equipo, mejor. Ha llegado la hora y voy a intentar demostrar que puedo estar aquí y que el equipo puede salir de esta situación, algo de lo que estoy convencido. Pero no solo hay que hablar, hay que demostrarlo.

--¿Cómo se encontró al equipo?

--La primera impresión que me llevé en los dos primeros entrenamientos era la de un equipo muy serio, en el sentido de que no había risas… Trabajo sí, pero era como ir al trabajo sin alegría. Es lo que más me llamó la atención.

--¿Y ahora?

--Vamos intentando cambiar esto. Entendemos que sin alegría y sin ganas, sin optimismo y sin ilusión, es complicado dar el máximo. Lo primero es que el que el equipo recuperase esa alegría, que disfrutase trabajando y a partir de ahí buscar otras cosas necesarias, porque solo con alegría y con ilusión no se hace nada.

--¿Es usted un técnico más de mano dura o de dar confianza?

--Entiendo que al futbolista se le debe exigir, y yo exijo el máximo. A partir de ahí intento reforzarles, que sean optimistas y crean que son capaces de jugar mucho mejor de lo que lo están haciendo, y si en algún momento tengo que corregir algo, hay que decirlo. No he venido aquí a ser amigo de los futbolistas, pero no estoy dando palos constantemente. El objetivo es sacar el máximo de todos. Sé cual es mi obligación.

--¿Está contento con la actitud de la plantilla?

--Contentísimo. Desde el primer han trabajado a tope y no se les puede reprochar nada.

--¿Incluso después de la última decepción en el Calderón?

--Nadie tenía la sensación de que iba a producirse ese bajón. Esta semana les veo trabajar muy bien y espero que este lunes se note. Al final la gente nos valora por los partidos. La gente no viene a vernos entrenar, ni les interesa; lo que sí van a valorar es el partido ante el Sporting.

--Presión, intensidad, trabajo… Son sus señas de identidad.

--La intensidad es clave en el fútbol de hoy. Si no juegas con intensidad lo demás no vale para nada. Lo sabemos e intentamos trabajar eso. A partir de ahí, tu calidad te puede poner más arriba o más abajo. Pero la intensidad, con balón y sin balón, es obligada.

--Este Villarreal ha perdido muchos puntos por errores puntuales en varios partidos.

--Es una parte de la intensidad, la concentración los 90 minutos, y eso es complicado, no solo en el fútbol sino en todo en esta vida. Hay que intentar que el grupo se equivoque lo menos posible.

--¿Ha notado que la plantilla se ha quitado un peso de encima con el relevo en el banquillo?

--No puedo opinar de lo de antes, si había más o menos tensión. Opino sobre lo que veo, un grupo que trabaja a tope, predispuesto a cualquier cosa que les planteo, y eso me hace estar tranquilo. Les veo comprometidos con el club. Pero somos humanos y podemos fallar. Lo sentimos. Además, creo en su calidad, que es lo que nos tiene que poner más arriba.

--¿Es esta la situación más difícil que ha vivido en el fútbol?

--No. Ahora es distinto, porque soy técnico, pero la peor situación fue en el Atlético, con la intervención judicial. Aquello era un sin vivir y acabó en descenso; era difícil que acabara en otra cosa. Lo que vivimos esos seis meses solo lo sabemos los que estábamos allí.

--¿Por qué se ha llegado a esta difícil situación?

--Ahora no es el momento de explicar por qué el Villarreal está abajo; es el momento de dar el máximo, de salir. Vamos a trabajar a tope para estar lo más arriba posible. No me interesa lo pasado; me interesa presente y futuro.

--Decía el otro día Preciado que es más fácil para el Sporting manejarse en la zona baja que para el Villarreal, que no está acostumbrado a estar en el fango.

--Es algo que se ha dicho siempre y no estoy de acuerdo ni en desacuerdo. No me preocupa, solo que mis jugadores salgan el lunes y lo den todo. Me da igual que estemos en el fango o no. No entiendo el fútbol de otra manera: uno debe darlo todo esté el equipo en la situación que esté.

--Rivales directos como el propio Sporting, Racing o Real parece que van sacando la cabeza…

--Tendremos que sacar la cabeza nosotros también. Lo que hagan los otros me preocupa más bien poco, aunque está claro que necesitamos regularidad. Un partido bueno que ni siquiera ganas, otro malo… así no se sale. Necesitamos enganchar una serie de buenos resultados que den la confianza que ahora falta.

--¿Qué le pareció la reunión de jugadores el pasado miércoles?

--Muy bien. No sé lo que se han dicho ni me interesa, pero todo lo que sea hablar es siempre positivo. El problema es que estas reuniones solo se hacen cuando van las cosas mal y a lo mejor deberían hacerse cada semana. A veces a los jugadores les cuesta no hablar de fútbol, sino hablar de su fútbol. Hablan del Barça-Madrid… y lo que hace falta es hablar de tu equipo, como me gusta desmarcarme, como me gusta que me des el balón… Ese tipo de conversaciones muchas veces no se dan y es un error.

--¿Y el técnico puede estimular esa comunicación?

--Se puede estimular. Primero les explico lo que acabo de decir. A partir de ahí es importante estar juntos en situaciones no habituales de lo que es un entrenamiento. Por ejemplo, me gusta que todos desayunen juntos y dos días antes de los partidos hacer un aperitivo tras el entrenamiento, un poco para que se obliguen a hablar porque a veces en el vestuario cada uno está a lo suyo. Es promover que se comuniquen.

--Garrido tenía normas internas de disciplina. ¿Usted también?

--No conozco las normas de Garrido. Me gusta la puntualidad. O si hay que ir con chándal, polo o traje, pues se va. Pero poco más. Lo importante es el respeto y el sentido común. Respetarnos significa que si a las nueve y media es el desayuno, estamos todos a las nueve y media. Hay multas que se mantienen, pero mientras haya respeto… No soy un policía. Un profesional sabe las normas, no tengo que decírselas. No hay un código escrito.

--Algunos jugadores han expresado que quizás es el momento de sacrificar vistosidad por efectividad, aunque sea jugando mal.

--No entiendo qué es eso de jugar mal y ganar. ¿Cómo se hace? Es un milagro, una lotería que te toca un día. Lo normal es que si juegas bien ganes, o tengas muchas más opciones. Puedes jugar con más combinación o más directo y porque juegues más directo no quiere decir que estés jugando mal. Para ganar hay que jugar bien el 99% de las veces.

--Quizás se refieren a un cambio de posicionamiento, un sistema de más contención…

--Ante el Atlético jugamos con tres mediocentros. El tema no es como posiciono al equipo, eso da igual. Lo importante es la filosofía de juego, y se puede hacer bien con un sistema u otro. Si me han puesto en el primer equipo es porque el club quiere mantener esa filosofía. Si quisieran jugar a otra cosa, seguramente hubieran fichado a otro técnico, incluso con más experiencia que yo.

--También se ha dicho que falta carácter, más mala leche.

--No sé, es posible… Puede que no tengamos en general un tipo de futbolistas de ese carácter. A lo mejor es que les cuesta sacarlo y, si es así, intentaremos que lo saquen, porque es importante.

--¿Puede ser que algunos jugadores se lo tomen con más tranquilidad porque saben que ofertas no faltarán, aunque se baje?

--Yo he pasado por eso. No me faltó trabajo tras descender, pero puedo asegurar que nadie quiere estar en esa situación. Esa etiqueta se te queda para toda la vida. Yo la tengo y preferiría no tenerla y estoy seguro que los del Villareal tienen la misma mentalidad. No quieren bajar bajo ningún concepto; primero porque es su trabajo y, además, porque a nivel personal están a gusto en el Villarreal y ellos lo valoran.

--El contrato que usted ha firmado, ¿va más allá del 30 de junio?

--Hay una opción por parte del club. Tengo contrato hasta final de temporada, y, si el club quiere, para la próxima. Incluso ya están las cantidades